miércoles, 3 de octubre de 2012

Un nuevo romance. Capítulo 6


Al levantarse Inuyasha le preguntó a su esposa: ¿Dónde está ese niño? A lo que Kagome respondió molestada con un frio "No lo sé". Se levantó dirigiéndose hacia la puerta, pero Inuyasha la agarra del brazo y la gira hacia él.

Inu: ¿Qué es lo que pasa?

Kag: Nada- responde tajante

Pero a él esa respuesta tan falsa no le valía.

Inu: ¿Porque diablos no me quieres contestar? Llevas toda la mañana de mal humor.

Kag: Déjame en paz Inuyasha. -Intentó forcejar pero la tenía muy bien sujeta, se estaba enfadando- ¡¡¡SUELTAME!!!

Inu: Estoy arto de esa actitud que tienes contra mí. Si no me lo quieres contar -La toma por el mentón- te obligaré a que me lo digas -Decía con voz seductora.

La besó en los labios tomándola por el mentón con una mano y por las muñecas con la otra. Intentó introducir la lengua en su boca pero ella apretaba la mandíbula para que no pudiera. 

Al fin Inuyasha comprendió que no estaba de humor, se apartó y soltó un poco su agarre. Ella aprovechó y lo empujó para alejarlo. Salió de la cabaña casi corriendo. Por su parte, el hanyou estaba confuso, NUNCA, ni una sola vez, había sido rechazado por Kagome cuando tenía ganas de "jugar". No sabía que pasaba pero fuera lo que fuese sabía que no debía continuar así.
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En otro lugar se encontraba a un joven lobo cerca de un lago.  Era muy hermoso, el agua era completamente lisa, tanto que parecía un espejo. Esa vista le pareció muy tentadora al chico, que cogió una piedra y la lanzó al lago haciendo que rebotara tres veces. Solo hacia eso para dejar de pensar en cierta hanyou, tal vez la más hermosa que había visto en su vida.
Estaba tan distraído que no oyó unos pasos que se acercaban.

 ¿?: Hola.

Al oírlo, el lobo se sobresaltó pero cuando se giró vio a la persona de aquella dulce voz y le sonrió.

Akk: Maya... - Se fijó en las vendas de su pie- ¿Ya no te duele?

Maya: Soy una hanyou fuerte, solo llevo las vendas porque mi madre me ha obligado

Akk: Me alegro -dijo regalándole la más tierna de sus sonrisas, que enterneció a Maya

Ella se sentó a su lado, frente al lago. Se quedaron un rato en silenció, ninguno sabia que decir. Para romper el hielo Akkaku cogió otra piedra y la lanzó hacia al lago causando el mismo efecto que la anterior.

Maya: Vaya ¿cómo  lo haces?- Preguntó ella curiosa.

Akk: ¿Eh?

Maya: Lo que acabas de hacer, el que la piedra pueda rebotar sobre el agua.

Akk: Ah, pues es muy fácil,- le dio otra piedra a ella- solo tienes que lanzarla lo más recta posible y girar un poco la muñeca.
Maya siguió sus instrucciones pero la piedra se hundió solo al tocar el agua.

Maya: o.o, u.u, parece que no me sale.

Akk: No la has lanzado bien- agarra otra piedra y se coloca detrás de ella y la cogió de la mano, lo que puso a Maya aún más nerviosa ya que notaba la respiración y el calor del chico, estaba situada entre las piernas de este y se tomaban de sus manos derechas, la cual (la de Maya) temblaba un poco.

Akk: Mira tienes que lanzarlo más fuerte, así -y la lanzó correctamente- lo ves n.n

Maya: Wau, gracias n.n -decía mirándolo y sonriéndole.

Akk: o/////o n-no hay de qué.

Se quedaron un rato mirando el paisaje, en poco rato esa postura tomada para enseñar a lanzar a la chica se había vuelto un abrazo. Se encontraban muy a gusto con la compañía del otro. Maya miró el lago.

Maya: Es muy hermoso ¿verdad? -dijo distraídamente.

Akk: Casi la mitad que tú -contestó sin darse cuenta

Maya: ¿Qué? o////////////o

Entonces Hakkaku fue consciente de lo que había dicho.

Akk: No nadanadanada -respondió tan rápido que casi no se le entendía.

Una imagen pasó velozmente por la cabeza de Maya, o mejor dicho, un beso.

Maya: ¿Que pasó después de que cayera al rio? -preguntó sin mirarle a la cara.

Akk: O.O o////o Pues nada, que te saqué del rio y te llevé a la cabaña abandonada donde despertaste.

No tenía ganas de explicarle que le tuvo que hacer el boca a boca y menos aún que le tubo que presionar el pecho para que escupiera el agua, si se lo hubiera contado tal vez pensara que lo hacía para meterle mano. Era más que probable que le diera una bofetada si se llegaba a enterar.

Maya: ¿A si? -preguntó aun sin mirarle- Y que pasó con la cascada?

"Mierda" pensó él, se había olvidado de que ella se crió en aquella tierra, y por lo tanto conocía el terreno de memoria. Al no obtener respuesta se giró para mirarlo. Era lo peor que podía hacer, estaban tan cerca que podían notar sus alientos chocando y el sonrojo intenso del otro.

Maya: Akkaku -lo llamó para que le contestara. Era la primera vez que pronunciaba su nombre, lo puso más nervioso aún.

Akk:  -¡No podía hacer nada mas, no respirabas ni te movías! No intentaba aprovecharme de ti mientras estabas inconsciente. ¡No sé de qué me acusas, no soy ningún pervertido!

Decía todo eso para excusarse de una acusación que creía que había hecho Maya, aunque ese no era el caso.

Maya: ¡¿QUE TU QUÉ O/////O ?!

Akk: *Mierdamierdamierda* -pensaba. Creía que la chica se había dado cuenta del beso (se refiere al primero) y por eso le preguntaba, pero ella no tenía ni idea y tonto de él se la contó.

Akkaku tenía las mejillas como dos tomates y estaba verdaderamente avergonzado. Maya no estaba mejor pues había enrojecido hasta la raíz de sus cabellos, había tocado los labios de Akkaku con los suyos propios ¡dos veces! Se rozó los labios con la yema de los dedos, como si buscara algún rastro de aquel momento. La verdad es que se sentía verdaderamente feliz. Se quedaron sentados sin hablar durante un rato.

El youkai pensó que el silencio era porque la chica estaba molesta con él. Se entristeció al pensarlo. Había un hanyou que lo odiaba y lo último que necesitaba era que su hija también. Se levantó y sin mirarla dijo:

Akk: Será mejor que nos vayamos, tengo que recoger mis cosas - ella lo miró sin comprender- mañana me vuelvo a mi aldea.

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