Entonces sintió el mundo derrumbarse. Después de lo
que había pasado entre ellos no podía decirle adiós así como así. No podía
permitirlo.
-¿Por qué?- Preguntó alzando la voz, como si fuera
una niña a la que sus padres no le dejan jugar con sus amigos.
-Es probable que mi padre me necesite para proteger
la aldea. -Era la primera excusa convincente que se le ocurrió.
-Pero si fue él el que nos pidió que te quedaras, para
que no corrieras peligro.
-Lo sé, pero en realidad soy más fuerte de lo que
cree.
- Seguro que estarán bien, no hay ningún youkay
peligroso por la zona ni ninguna amenaza... -al parecer la chica quería morir
peleando. Pero estaba haciendo perder la paciencia a su acompañante.
-¡He dicho que NO! ¡Me iré mañana y no pienso hablar
más del tema! -le gruñó furioso, aunque estaba más enfadado con el mismo que
con ella. Al segundo se arrepintió de haberla gritado así. Encima que ella trataba
de convencerle de que se quedara a su lado la trataba a gritos.
Ella lo miraba al principio un poco asustada, era la
primera vez que lo veía enfadado, pero después decepcionada y algo dolida.
Aunque lo intentó esconder el lobo se dio cuenta inmediatamente. Intentó
disculparse con ella pero giró su cabeza hacia la dirección opuesta para no
mirarle y se abrazó a ella misma.
Akkaku se sentó a su lado y le tocó el brazo para
que lo mirara a lo que ella le contestó con un tirón para soltarse.
-Maya... - pero ni siquiera se giró- Vamos Maya no
te pongas así. -hizo ver que no lo escuchaba. - Oh venga, no quería gritarte,
lo siento.
Intentó tocarle el hombro pero se giro quedando de
espaldas a él. Entonces entendió de que hubiera sido mejor callarse la boca. Se
maldijo a él mismo un millón de veces por ser tan idiota. No servía de nada
continuar disculpándose, el mal ya estaba hecho. Lo único que podía hacer era
esperar a que se le pasara, aunque para cuando lo hubiera hecho él ya se habría
ido.
"No es tan malo. Si está enfadada me costará
menos irme de aquí" pensaba. Pero estaba muy equivocado, ni aunque le
hubiera gritado mil veces más fuerte no podía hacer que Maya lo despreciara ni
un poco, lo amaba con toda su alma. Simplemente estaba molesta por la reacción
que tuvo y por el hecho de que se marchara sin dar explicaciones. El joven se
levantó dispuesto a marcharse pero la chica no lo hizo.
No pensaba dejarla sola después de lo que había
pasado hace un rato, y menos estando herida.
-Será mejor que vayamos a tu casa, tu padre se
estará enfadando "y seguramente me quiera romper el cuello si no te llevo
inmediatamente". -decía y pensaba el lobo.
Como era de esperar la hanyou se quedó quieta como
una estatua. Aparentando que ese hombre no existía.
El youkay no aceptó la respuesta que le dio y no
pensaba dejarla allí sola (además cada vez estaba más convencido de que lo de
Inuyasha no era una exageración). La tomo en brazos con delicadeza, pues aunque
era muy fuerte, la hanyou tenía un cuerpo hermoso y delicado, como si de
porcelana se tratase.
Al hacerlo Maya lo miró e inmediatamente su enojo se
disipó, el simple mirar del verde de los ojos de Akkaku bastaba para que
perdiera de vista el mundo.
Los dos se encaminaron en dirección a la aldea de
Kaede. Maya miraba a Akkaku, no podía creerse que no lo pudiera volver a ver,
tenía ganas de llorar pero se esforzó para no hacerlo delante de él.
En cambio la mirada de Akkaku estaba fija en su
camino. Aparentemente parecía que no pensaba en nada pero su cabeza estaba a
punto de estallar. No podía evitar sentirse culpable.
-Te echaré de menos. -esas palabras salidas de los
labios de la joven eran una total sorpresa para el youkay. Se paró en seco y
miro a Maya, que ahora tenía la mirada fija en el suelo, tal vez para que no
notara lo triste que estaba. Se aferró a sus ropas y escondió su cara en el
pecho de él. -No quiero que te marches -ahora su voz sonada un poco más
quebrada que antes.
El chico notó como se le partía el alma al verla
así. Quería abrazarla, consolarla y prometerle que nunca se separarían. Pero no
podía, sus padres los obligarían a separarse y no volverse a ver. Si no estaban
saliendo por lo menos podían verse como amigos.
Amigos. Esa palabra se le clavaba en el corazón a
Akkaku. Ser solo amigos era aún peor. La vería todos los días sin poder
contarle lo que sentía, sin poder besarla. ¿Y cómo
reaccionaría cuando ella
encontrara a un hombre al que amara y que le correspondiese? Y que haría cuando
se casaran o cuando estuvieran esperando un hijo.
Se puso furioso solo ante la idea de que algo de eso
pasara, sería capaz de tirarse por un barranco. Quería ser el único en su vida,
al que amara y se entregase.
Sus mejillas se enrojecieron ante la idea de pasar
una noche con ella. Con esa pequeña figura entre sus brazos, gimiendo y
suspirando su nombre. La volvió a mirar. ¡Dios era perfecta! Tenía la piel
suave y ligeramente bronceada, el pelo azabache era sedoso y brillante,
recogido con una coleta, los ojos eran de un dorado intenso y brillante ,como
de oro fundido, su aroma se metía por su nariz y le turbaba los sentidos, y,
finalmente, su figura, lo único que se podía decir era que lo estaba volviendo
loco, su cintura era pequeña y sus caderas un poco más anchas, podía tener
muchos cachorros ya que ese cuerpo se adaptaría perfectamente bien a varios embarazos, sus pechos no eran
demasiado grandes pero él los prefería así y sus piernas eran largas y
torneadas. Sin lugar a dudas sabía que no solo la amaba. Sino que también la
deseaba.
Se había vuelto a poner en marcha con su caminata
mientras pensaba en todo esto. Definitivamente prefería no ver como la chica
hacía su vida junto a otro hombre.
-¿Volverás a veces para visitarme verdad? -en la voz
de la chica se notaba una chispa de esperanza pero desgraciadamente Akkaku la
debía apagar.
-Me temo que no. -dijo simplemente, ni siquiera
tenía ganas de inventarse una excusa, solo servían para que se sintiera peor.
La chica calló, intentando asumir adultamente lo que
le decía. Pero no era lo suficientemente fuerte y sin poder evitarlo se
formaban lagrimas en sus ojos. Las cuales fueron percibidas por el agudo olfato
del lobo.
-Por favor no me odies. -susurró.
Maya lo miró muy sorprendida ¿Odiarlo? ¡Ni en un
millón de años! No le gustaba que pensara que ella lo odiaba, todo lo
contrario, no podía vivir sin él, por eso estaba así de desanimada ante
la idea de no verlo. No iba a
permitir que se fuera sin que supiera los verdaderos sentimientos hacia él.
Debía decírselo. Y era ahora o nunca.
-Akkaku -lo llamó para que le mirara a los ojos- yo
no te odio... nunca podría odiarte. - El joven abrió grandes sus ojos. Pero
Maya no había terminado de hablar. Se acercó más hacia su cara lo que no fue
impedido por el lobo. -Yo... te amo.
Y finalizó esa frase atrapando los labios de el
chico en un cálido beso. El cual no se esperaba el youkai pero que después de
la estupefacción correspondió de buen grado.
Maya se aferró a sus ropas y Akkaku la estrechó más
fuerte para así tenerla más cerca. La hanyou creía que se moriría de felicidad.
¡Estaba besando a Akkaku! ¡Y qué beso! No era como el de aquella noche, un
simple roce de labios, este era mucho más apasionado. Se besaban con necesidad,
y no en vano, ese deseo apareció en el mismo momento en que sus miradas
entraron en contacto. Rodeó con sus brazos el cuello de él. Abrió un poco su
boca para dar acceso a la lengua ajena.
El chico comprendió e introdujo su lengua por
aquella humada cavidad mientras acariciaba la de la chica que amaba, la cual al
sentir su tacto dejó escapar un suspiro.
Sentía que las piernas perdían fuerza y temblaban
ligeramente por lo que se dirigió a un árbol que tenía al lado y se apoyó
contra él sin separarse en ningún momento de los labios de Maya.
Akkaku se sentó y colocó a Maya sobre él. Las
piernas de la chica estaban cada una a un lado del youkai y este posaba sus
manos en la cintura femenina.
Era una delicia. Sus lenguas luchaban entre ellas
para saber cuál expresaba mejor los sentimientos que sentían por el otro, sus
dientes chocaban levemente, y sus labios no se alejaban si no era para tomar
aliento.
Las manos del chico se deslizaron por su espalda y
la acariciaron mandando así miles de descargas eléctricas por todo el cuerpo de
la muchacha.
Se sentían como si hubieran muerto y estuvieran en
el cielo. Ahora Akkaku no pensaba en lo que pensarían sus padres, todos los
pensamientos coherentes se habían esfumado de su mente en el mismo momento en
que Maya había dicho la última palabra y ahora solo seguía sus instintos. Y sus
instintos le decían que con unos besos no era suficiente, necesitaba más de
ella, y el pensamiento era mutuo, así que levantó su mano, un poco temblorosa,
y la empezó a dirigir hacia uno de los firmes pechos de la hanyou.
Pero se quedó a medio camino. Algo le obligó a
romper ese beso. Un olor. La chica hizo un pequeño gruñido de molestia pero no
fue escuchado por el lobo que tenia la mirada concentrada en un punto del
bosque. Maya no entendía su comportamiento, en el lugar donde miraba el youkai
no había nada, al menos nada fuera de lo común. Lo comprendió de inmediato
cuando el chico dejó caer una palabra: Padre.
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Hola!!!!
¿Bueno que les ha parecido?
¡Al fin ha ocurrido el tan esperado momento: EL GRAN BESO!
No pongo imagenes porque es imposible encontrar una de los hijos de Inuyasha y Koga. Ni siquiera de Koga y Kagome que me gusten u.u
Quería decirles que estos capítulos los había escrito durante el verano y a partir de ahora no podré subir caps tan a menudo (pero para compensarlo intentaré hacerlos más largos) porque entre el cole y las extra escolares me voy a dormir a las 00:00 acabando los deberes.
Finalmente me gustaría dar la bienvenida a dos nuevas seguidoras:
¡¡¡¡¡Bienvenidas Stefi y Gabriela Duran Mora!!!!!
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Hola!!!!
¿Bueno que les ha parecido?
No pongo imagenes porque es imposible encontrar una de los hijos de Inuyasha y Koga. Ni siquiera de Koga y Kagome que me gusten u.u
Quería decirles que estos capítulos los había escrito durante el verano y a partir de ahora no podré subir caps tan a menudo (pero para compensarlo intentaré hacerlos más largos) porque entre el cole y las extra escolares me voy a dormir a las 00:00 acabando los deberes.
Finalmente me gustaría dar la bienvenida a dos nuevas seguidoras:
¡¡¡¡¡Bienvenidas Stefi y Gabriela Duran Mora!!!!!
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