Al levantarse Inuyasha le preguntó a su esposa:
¿Dónde está ese niño? A lo que Kagome respondió molestada con un frio "No
lo sé". Se levantó dirigiéndose hacia la puerta, pero Inuyasha la agarra
del brazo y la gira hacia él.
Inu: ¿Qué es lo que pasa?
Kag: Nada- responde tajante
Pero a él esa respuesta tan falsa no le valía.
Inu: ¿Porque diablos no me quieres contestar? Llevas
toda la mañana de mal humor.
Kag: Déjame en paz Inuyasha. -Intentó forcejar pero
la tenía muy bien sujeta, se estaba enfadando- ¡¡¡SUELTAME!!!
Inu: Estoy arto de esa actitud que tienes contra mí.
Si no me lo quieres contar -La toma por el mentón- te obligaré a que me lo
digas -Decía con voz seductora.
La besó en los labios tomándola por el mentón con
una mano y por las muñecas con la otra. Intentó introducir la lengua en su boca
pero ella apretaba la mandíbula para que no pudiera.
Al fin Inuyasha comprendió
que no estaba de humor, se apartó y soltó un poco su agarre. Ella aprovechó y
lo empujó para alejarlo. Salió de la cabaña casi corriendo. Por su parte, el
hanyou estaba confuso, NUNCA, ni una sola vez, había sido rechazado por Kagome
cuando tenía ganas de "jugar". No sabía que pasaba pero fuera lo que
fuese sabía que no debía continuar así.
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En otro lugar se encontraba a un joven lobo cerca de
un lago. Era muy hermoso, el agua era
completamente lisa, tanto que parecía un espejo. Esa vista le pareció muy
tentadora al chico, que cogió una piedra y la lanzó al lago haciendo que
rebotara tres veces. Solo hacia eso para dejar de pensar en cierta hanyou, tal
vez la más hermosa que había visto en su vida.
Estaba tan distraído que no oyó unos pasos que se
acercaban.
¿?: Hola.
Al oírlo, el lobo se sobresaltó pero cuando se giró
vio a la persona de aquella dulce voz y le sonrió.
Akk: Maya... - Se fijó en las vendas de su pie- ¿Ya
no te duele?
Maya: Soy una hanyou fuerte, solo llevo las vendas
porque mi madre me ha obligado
Akk: Me alegro -dijo regalándole la más tierna de
sus sonrisas, que enterneció a Maya
Ella se sentó a su lado, frente al lago. Se quedaron
un rato en silenció, ninguno sabia que decir. Para romper el hielo Akkaku cogió
otra piedra y la lanzó hacia al lago causando el mismo efecto que la anterior.
Maya: Vaya ¿cómo
lo haces?- Preguntó ella curiosa.
Akk: ¿Eh?
Maya: Lo que acabas de hacer, el que la piedra pueda
rebotar sobre el agua.
Akk: Ah, pues es muy fácil,- le dio otra piedra a
ella- solo tienes que lanzarla lo más recta posible y girar un poco la muñeca.
Maya siguió sus instrucciones pero la piedra se
hundió solo al tocar el agua.
Maya: o.o, u.u, parece que no me sale.
Akk: No la has lanzado bien- agarra otra piedra y se
coloca detrás de ella y la cogió de la mano, lo que puso a Maya aún más
nerviosa ya que notaba la respiración y el calor del chico, estaba situada
entre las piernas de este y se tomaban de sus manos derechas, la cual (la de
Maya) temblaba un poco.
Akk: Mira tienes que lanzarlo más fuerte, así -y la
lanzó correctamente- lo ves n.n
Maya: Wau, gracias n.n -decía mirándolo y
sonriéndole.
Akk: o/////o n-no hay de qué.
Se quedaron un rato mirando el paisaje, en poco rato
esa postura tomada para enseñar a lanzar a la chica se había vuelto un abrazo.
Se encontraban muy a gusto con la compañía del otro. Maya miró el lago.
Maya: Es muy hermoso ¿verdad? -dijo distraídamente.
Akk: Casi la mitad que tú -contestó sin darse cuenta
Maya: ¿Qué? o////////////o
Entonces Hakkaku fue consciente de lo que había
dicho.
Akk: No nadanadanada -respondió tan rápido que casi
no se le entendía.
Una imagen pasó velozmente por la cabeza de Maya, o
mejor dicho, un beso.
Maya: ¿Que pasó después de que cayera al rio?
-preguntó sin mirarle a la cara.
Akk: O.O o////o Pues nada, que te saqué del rio y te
llevé a la cabaña abandonada donde despertaste.
No tenía ganas de explicarle que le tuvo que hacer
el boca a boca y menos aún que le tubo que presionar el pecho para que
escupiera el agua, si se lo hubiera contado tal vez pensara que lo hacía para
meterle mano. Era más que probable que le diera una bofetada si se llegaba a
enterar.
Maya: ¿A si? -preguntó aun sin mirarle- Y que pasó
con la cascada?
"Mierda" pensó él, se había olvidado de
que ella se crió en aquella tierra, y por lo tanto conocía el terreno de memoria.
Al no obtener respuesta se giró para mirarlo. Era lo peor que podía hacer,
estaban tan cerca que podían notar sus alientos chocando y el sonrojo intenso del
otro.
Maya: Akkaku -lo llamó para que le contestara. Era
la primera vez que pronunciaba su nombre, lo puso más nervioso aún.
Akk: -¡No
podía hacer nada mas, no respirabas ni te movías! No intentaba aprovecharme de
ti mientras estabas inconsciente. ¡No sé de qué me acusas, no soy ningún
pervertido!
Decía todo eso para excusarse de una acusación que
creía que había hecho Maya, aunque ese no era el caso.
Maya: ¡¿QUE TU QUÉ O/////O ?!
Akk: *Mierdamierdamierda* -pensaba. Creía que la
chica se había dado cuenta del beso (se refiere al primero) y por eso le
preguntaba, pero ella no tenía ni idea y tonto de él se la contó.
Akkaku tenía las mejillas como dos tomates y estaba
verdaderamente avergonzado. Maya no estaba mejor pues había enrojecido hasta la
raíz de sus cabellos, había tocado los labios de Akkaku con los suyos propios
¡dos veces! Se rozó los labios con la yema de los dedos, como si buscara algún
rastro de aquel momento. La verdad es que se sentía verdaderamente feliz. Se
quedaron sentados sin hablar durante un rato.
El youkai pensó que el silencio era porque la chica
estaba molesta con él. Se entristeció al pensarlo. Había un hanyou que lo
odiaba y lo último que necesitaba era que su hija también. Se levantó y sin
mirarla dijo:
Akk: Será mejor que nos vayamos, tengo que recoger
mis cosas - ella lo miró sin comprender- mañana me vuelvo a mi aldea.
cuando lo publicas con manga y me encanto grax por publicarlo
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